Los frijoles en lata son muy prácticos, pero ¿son tan nutritivos como los cocinados en casa?
Un reciente estudio descubrió que efectivamente los frijoles enlatados son saludables tanto como los que son hechos en nuestro hogar, con una sola excepción: el sodio. LA sal seguidamente es agregada a los frijoles enlatados, resultando que suban los niveles de sodio hasta 100 veces más que si tu cocinas frijoles sin ella. Colando y lavándolos con agua puede reducir su sal hasta en la mitad, el problema que al hacer eso estás removiendo muchos nutrientes necesarios para que sea un alimento sano y conveniente para nosotros.
EL sodio de los frijoles de lata es de entre 400 a 500 mg por sólo media taza. El exceso de sodio a la larga causa problemas del corazón, arteriales, aumenta la presión arterial, enfermedades renales, cáncer de estómago, dolores de cabeza, no bajar de peso, entre otros.
Se recomienda que se consuma los que dicen NO SAL, los que cocinas en casa tienen mejor sabor, particularmente tienen una mejor textura. Los frijoles enlatados pueden muchas veces estar como muy blandos, en cambio los de casa están mucho mejor.
Sin embargo, si no tienes tiempo de hacerlo y cuentas con alguna legumbre, te recomiendo las lentejas, no necesitas remojarlas, se cocinan rapidísimo y quedan deliciosas para disfrutarlas en infinidad de recetas.
Los procesos de enlatado incluyen varios pasos:
Procesado: donde la verdura o fruta es pelada, partida, cocinada, se le quitan las semillas, en el caso de los frijoles cocinada.
Sellado: se sella en las latas el alimento ya listo
Calentado: las latas se calientan para matar bacterias peligrosas que nos pueden afectar.
Esto permite que los alimentos duren años antes de echarse a perder. En el proceso del calentado pueden perderse nutrientes esenciales que si los cocinamos en casa los obtenemos como la vitamina B.
Las latas pueden contener BPA que es un químico que se utiliza en el empaquetado de los alimentos. Este componente hace “mímica” de la acción de los estrógenos de nuestro cuerpo.
Estudios nos han demostrado que el 90% de las latas lo contienen y el consumo humano de este químico afecta al cuerpo humano causando diabetes, problemas hormonales, problemas de disfunción sexual, entre otras.
Observa que la lata diga baja en SODIO, que tenga el letrero que dice “ BPA FREE”, compra tus verduras en vidrio o cartón y mejor aún cocínalas tú, para todo hay tiempo, es cuestión de organizarnos mejor y disfrutar de los grandes beneficios de los alimentos SIN PROCESAR.
Información del libro “ HOW NOT TO DIE” del Doctor Michael Gregger